Berlín tuvo el honor de ser la primera sede de la entrega de los EMAs en el lejano 1994. Mirando atrás, lo cierto es que todo ha cambiado mucho, al punto de no encontrar apenas similitudes entre las ceremonias de entonces y las de ahora. Echando un vistazo a la lista de ganadores de la primera edición, que tuvo lugar casualmente en la Puerta de Brandenburgo; nos encontramos con artistas que en la actualidad nunca habrían llegado siquiera a ser nominados.
Hace 15 años Internet era una palabra de ocho letras que sonaba bien pero poco más. Hoy día, Internet es el Dios todo poderoso capaz de encumbrar a cualquiera, independientemente de su calidad, siempre y cuando tenga capacidad de movilizar a los Fans en la red.
Es por ello, que la presencia de grupos o cantantes con cierta edad resulta impensable; hasta el punto de que para poder dar un premio en la edición anterior a todo un Paul McCartney en Liverpool, tuvieron que inventarse la categoría de Ultimate Legend. Aún hoy recordamos el memorable momento en el que para desconcierto general, Paul hacia entrada en el escenario, poniendo con su presencia las primeras arrugas de la noche ante la cámara.
El voto por la red es evidentemente un timo y va claramente enfocado a l@s adept@s de los grupos cuy@s Fans revientan servidores votando como si les fuera la vida en ello. Por otra parte, son est@s mism@s Fans los que mantienen en pie una ceremonia con mucha luz y vivacidad pero vacía y nula en credibilidad. Por lo que al parecer, la cosa funciona y tiene pinta de seguir haciéndolo ya que ambas partes salen beneficiadas. La gran perjudicada de todo este circo de glamour y flequillos arrebatadores es la música; que es en los últimos tiempos lo menos importante de todo.
Centrándonos en la noche, la presentación correrá una vez más a cargo de Katy Perry. En la edición pasada y desde esta misma web, criticamos a la Perry por insufrible e insoportable, pero estos doce meses entre una y otra ceremonia, nos han dado tiempo a comprender que sería difícil encontrar a nadie que estuviera a su altura para conducir estos premios. La gala de la MTV no necesita calidad, necesita estómago.